«La Escalinata» se construye en Algeciras con el fin de comunicar la «Plaza Alta» con la primera fase del recién estrenado «Paseo Marítimo», para ello se derriba en 1954 el edificio que estaba justo a la derecha de la Capilla de Europa, donde se encontraba el «Bar La Taurina». «La Escalinata»,
construida en piedra tallada y con un bonito diseño circular donde las rampas
laterales cercaban una pequeña placita con una preciosa fuente de cinco caños. Tres miradores, uno en cada una planta con su correspondiente baranda de hierro. En este mismo año se inaugura el estadio «El Mirador», hecho con la misma piedra tallada y del mismo estilo que la escalinata. También en 1954, me contaron en una ocasión, que desapareció la antigua Pescadería, dando lugar a la calle Alcázar de Toledo, que más que una calle era y es una plazuela por donde se accede al Mercado del Ingeniero Torroja. De este modo se continuaría con una serie de proyectos que podemos imaginar, pues al no encontrar dato alguno al respecto, solo nos queda imaginar y de este modo sacar conclusiones.
De esta manera nace el «Paseo Marítimo», un ambicioso proyecto basado en la entrada y salida del Puerto y la ciudad a orillas del mar.
«La Escalinata» fue todo un símbolo de la Algeciras de los años 50, por donde gustaba pasear o tomar una cerveza en la terraza de la Cafetería Europa de mi amigo Cepero, mirando al mar, contemplando la Lonja del Pescado, la fábrica de hielo de Gonzalo Seguí,
disfrutar de la hermosa vista que desde su parte superior podía contemplarse de la hermosa Bahía y del continuo trasiego de sus barquitos de pesca, etc. Todo cuanto digo, lo hago, refiriéndome a mi juventud, a los apasionantes años sesenta, cuando el «escarabajo picúo» aún no había entrado en acción, y «La Escalinata» estaba fresca y joven y sin ningún virus.
A principio de 2001 comienza el derribo de «La Escalinata», pero me asombro al ver una foto de Felipe Navarro que textualmente dice: «Lugar en «La Escalinata» donde próximamente se comenzará a construir un aparcamiento subterráneo», o sea que nos estaban vendiendo la burra haciéndonos pensar que «La Escalinata» se quedaría en su sitio una vez concluida la obra.
La Escalinata fue otro monumento de nuestra ciudad que lo hicieron desaparecer sin las mínimas contemplaciones, sin vacilar, sin el menor pudor, pero lo mas triste de esta cuestión es que no se pidan ni se den la menor de las explicaciones o responsabilidades, y todo cuanto ocurre quede en la mas absoluta impunidad.
En nuestro recuerdo permanece viva la imagen de la escalinata, que ya nunca mas, ni nosotros, ni nuestros hijos podremos disfrutar.
Información recopilada por Fernando Ruiz Parias